14 nov 2012

¿CALIENTAPOLLAS?


Qué palabra tan espantosa. ¡Y cuánto daño ha hecho a la sexualidad femenina! Porque si “golfa” es un insulto, “calientapollas” es mucho peor: significa ser un sí es no es, una ahora sí ahora no, una indecisa, un putón reprimido.

Yo no sé a vosotras, pero a mí el temor a ser una de ellas se me inoculó casi desde que la oí en boca de mis hermanos. Y se me pifió el tema sexual adolescente, claro, porque… ¿en qué momento empiezas a ser una calientapollas? Porque TODO podía ser excitante para un chaval invadido por las hormonas.

Se me agolpaban las preguntas en mi mente insegura y necesitada de aprobación: 
¿Si nos besamos significa que en algún momento dejaré que me meta mano en el sostén? 
¿Y en las bragas? 
En ese caso, ¿significa que yo le tengo que tocar… “ahí”? 
¿Alguien tiene que llegar al orgasmo necesariamente?... 

Entonces, si no tengo claro que quiero hacer todo eso, ¿puedo besar? 
¿Pero con lengua o solo piquitos? 
¿Con muchas ganas o con pocas? 
¿Cuánto exactamente son muchas? 
¿Y puedo decir cosas fuertes, si me excito? 
¿Y apretarte contra él? 
Si me gusta, ¿gimo o disimulo?

Uf, no tenía nada claro, y mis amigas y yo no nos poníamos de acuerdo. Porque, por otro lado, si no besabas ni hacías ciertas cosas para evitar ser una calientapollas entonces eras una estrecha de mierda. Francamente, con ese "o todo o nada" estaba hecha un lío…

Pero el tiempo me dio otra perspectiva.

Creo que puede gustarte besar y besar apasionadamente y durante un buen rato, y no apetecerte hacer nada más. Es decir, ni que te metan mano ni meterla tú ni meterte en la cama. Por muchas razones, y no porque seas una estrecha que se da cuenta de que lo es en el último momento.

Puede no apetecerte, por ejemplo, porque acabas de confirmar que, efectivamente,  no te gusta el chico. 
O porque sí te gusta pero te ha dicho o ha hecho algo que te hace sentir mal. O porque tienes candidiasis y no quieres acostarte con chicos, solo besarte con ellos. 
O porque no te gusta irte a la cama con él pero sí como besa. 
O porque el sitio en el que estás te corta el rollo. 
O porque tienes la regla y no te gusta hacerlo con la regla. 
O porque no tienes depiladas las ingles.
O llevas bragafaja.
O no hay condones.
O se te está clavando el cambio de marchas. 
O te ha dado el punto y ya está.

Basta con que no te apetezca. 

Ay, la culpa no es de los hombres, sino de esta cultura finalista y coitocéntrica que no nos enseña a recrearnos en los enormes placeres eróticos que no son el orgasmo, a jugar simplemente con el deseo...

Tener la palabra “calientapollas” en la cabeza solo consigue que, en brazos de un hombre, dejarse llevar sea más difícil que programar el DVD. Yo la quitaba del diccionario, oiga.


Hum, no sé si mirarle no sea que se crea que soy una calientapollas…
(Ilustración de Frederick Smith).

¿Qué opinas sobre la dichosa palabrita? 


6 comentarios:

  1. Me parece que eso también tiene mucho que ver con el respeto y con lo que en mi pueblo llaman ansia.

    Me explico: si recibes un beso o una caricia sin llegar a nada más, eso que te llevas porque antes no lo tenías, ¿no?


    Saludos,

    Jean







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  2. Pues sí, Jean, tienes razón. Pero el hecho a veces se presta a equivocaciones: que una mujer te bese puede hacer que te creas que se quiere ir a la cama contigo, cunado es posible que eso no suceda.
    Si tú quieres y ella no lo tiene tan claro, se me ocurre que puedes hacer algo: seducirla, suscitar más su deseo.

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  3. Pues en mi mente retorcida yo le dí la vuelta a la tortilla y si oigo esa palabra me pongo en alerta erótica, hay algo que me pone cachondo y me hace imaginar a una mujer que quiere y desea compartir sensualidad. Ya ves tú que irracional,pero te juro que me ocurre eso, y como me gusta así me mantengo con esa sensación ante la palabra calientapollas. Mujer cachonda, ummm, me pone....

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  4. Tu mente no es retorcida, tu mente va de por libre... algo muy característico (y deseable) de la mente. Eso justamente hace que el erotismo sea una cosa rica, variada, impredecible, peculiar.
    Me gusta saber que "calientapollas" es una palabra positiva para ti, nunca le había visto esa connotación. Sin embargo, a menudo se utiliza como un insulto. Como "puta", que según el contexto y la manera de decirlo puede ser un piropo o un desprecio. ¿No es maravillosa esa versatilidad del lenguaje?

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  5. ¿porqué le dáis tantas vueltas a esas cosas?

    es que no lo entiendo, agrrr....

    saludos y felicitaciones por tu maravilloso blog

    Carlos

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  6. Gracias, Carlos, por tu felicitación.
    Las mujeres damos muchas vueltas a las cosas, somos así. Y, en general, nos importa mucho complaceros porque nos gustáis. Eso también os pasa a vosotros. Por eso nos gusta gustaros y por eso nos importa lo que penséis, decís o habláis sobre nosotras. Ya sabes que en la adolescencia todos somos muy sensibles a lo que digan los demáss, y es justo en la adolescencia (es decir, en la ignorancia) cuando se echa más mano de los estereotipos a la hora de hablar de los demás. Que nos etiqueten nos mata, y más en un tema tan delicado como es nuestra reputación. Compréndelo, Carlos...

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